En una mañana marcada por la supervisión de avances urbanos, Paloma García Romero, delegada de Obras y Equipamientos, y Almudena Maíllo, concejala delegada de Turismo, junto a Sonia Cea, concejala de Usera, inspeccionaron las labores en marcha para la creación de un itinerario peatonal que unirá la plaza del Hidrógeno de Usera con Madrid Río. Este ambicioso proyecto, que abarca una extensión de 1,7 kilómetros y regenerará un área de más de 63.000 metros cuadrados, cuenta con una inversión de 8,7 millones de euros, parcialmente financiada por los fondos Next Generation de la Unión Europea.
El recorrido peatonal, que ha superado ya un 35 % de ejecución y se prevé concluir a finales de año, incluye intervenciones significativas en varias calles y plazas emblemáticas del distrito. Entre ellas se encuentran las calles Nicolás Usera, Mercedes Manjón, Pablo Ortiz y la avenida del Manzanares, así como las plazas de José Luis Hoys y Julián Marías, entre otras. Este esfuerzo urbanístico busca integrar y conectar espacios de proximidad, fomentando un nuevo eje peatonal que conduzca al parque Madrid Río y, por extensión, al corazón de la capital.
Con una clara vocación transformadora, la iniciativa no solo pretende modificar el paisaje urbano, sino también promover un entorno más accesible y seguro. La eliminación de barreras arquitectónicas y la mejora de la continuidad peatonal en los cruces son algunos de los elementos clave en la mejora de la habitabilidad del espacio público. Además, el proyecto contempla una notable intervención medioambiental: la plantación de 300 árboles y 11.200 plantas se alinea con la estrategia de fomentar la biodiversidad y proporcionar sombra, mientras que el diseño de pavimentos permeables facilitará la captura de agua de lluvia, reforzando así la sostenibilidad hídrica.
En un guiño a la rica diversidad cultural del distrito, elementos del mobiliario urbano harán eco de la convivencia con la cultura china, como es el caso de los juegos infantiles con forma de dragón situados en la plaza de las Tizas. Estas intervenciones buscan no solo embellecer el entorno, sino también fortalecer el lazo cultural con la comunidad china, una pieza fundamental del entramado social de Usera.
Más allá del impacto en la comunidad local, el itinerario también tiene aspiraciones turísticas. Al mejorar las conexiones y revitalizar la zona, se espera atraer a turistas y residentes a explorar el sur de Madrid, fomentando así el comercio local y la restauración, y contribuyendo a una distribución más equitativa del turismo en toda la ciudad.
Este proyecto, definido por su doble vocación, no solo reconfigura los espacios públicos bajo una perspectiva sostenible, sino que también rejuvenece el barrio de Usera, potenciando su identidad y carácter multicultural. Con ello, Madrid se compromete a descentralizar el turismo de sus distritos más céntricos, invitando a descubrir el encanto de sus barrios periféricos y a participar activamente en la vida vibrante y diversa de la ciudad.