Desde el verano pasado, un espacio madrileño ha ofrecido una solución innovadora para los amantes de las plantas que deben ausentarse por vacaciones. Este «refugio climático» ha albergado 300 macetas, permitiendo a sus dueños despreocuparse del cuidado de sus plantas mientras están de viaje. La iniciativa ha sido bien recibida por la comunidad, proporcionando un entorno seguro y adecuado para la conservación de plantas en periodos de hasta varias semanas.
Este proyecto no solo aborda la necesidad práctica de mantenimiento de las plantas, sino que también crea una comunidad de aficionados a la jardinería. Con temperaturas y humedad controladas, el refugio garantiza que las plantas reciban el cuidado óptimo. Esta solución refleja un creciente interés en balancear la vida urbana con el respeto y cuidado por la naturaleza, brindando una alternativa sostenible para quienes desean disfrutar de sus vacaciones sin comprometer la salud de sus plantas.
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