El empadronamiento es un trámite administrativo obligatorio en España que determina el municipio en el que una persona reside habitualmente. Sin embargo, no son pocos los ciudadanos que, por motivos laborales, académicos o personales, viven en una localidad distinta a la que figuran en el padrón. Esta situación, aunque en ocasiones pueda parecer inocua, conlleva riesgos legales y económicos que conviene no subestimar.
Según el Real Decreto 141/2024, de 6 de febrero, todos los ciudadanos están obligados a empadronarse en el municipio de residencia habitual y a actualizar dicho registro en caso de mudanza. Esta normativa no es nueva; ya el Real Decreto 1690/1986 establecía que “todo español o extranjero que viva en territorio español deberá estar empadronado en el municipio en que reside habitualmente”. Además, la norma también contempla a quienes alternan su residencia entre varias localidades, indicando que deben empadronarse en aquella en la que pasen “más tiempo al año”.
Multas que varían según el municipio
El incumplimiento de esta obligación puede derivar en sanciones económicas que oscilan entre 3 y 150 euros, dependiendo del tamaño del municipio. En localidades con menos de 5.000 habitantes, la multa es de 3 euros, mientras que en ciudades de más de 500.000 habitantes, como Madrid o Barcelona, esta puede alcanzar los 150 euros. Además, si se detecta que la omisión del cambio de empadronamiento se ha realizado con fines lucrativos, el artículo 392 del Código Penal prevé penas de prisión de entre seis meses y tres años.
Consecuencias más allá de las multas
No actualizar el empadronamiento no solo expone al ciudadano a sanciones económicas, sino también a una serie de problemas prácticos. Por ejemplo, los servicios sanitarios, como el médico de cabecera, están vinculados al municipio de empadronamiento, por lo que los desplazamientos pueden convertirse en una molestia frecuente. Además, el acceso a colegios públicos y la recepción de notificaciones oficiales también dependen de este registro.
Otro aspecto relevante es la dificultad para acceder a ayudas públicas, como becas o deducciones fiscales al alquiler, que exigen estar empadronado en el lugar de residencia habitual. Incluso el derecho al voto puede verse afectado, ya que la tarjeta censal se envía al domicilio registrado en el padrón.
¿Es posible estar empadronado en dos sitios?
La legislación española prohíbe estar empadronado en dos municipios simultáneamente. Solo se permite el registro en el lugar donde se reside habitualmente. Los ayuntamientos tienen la potestad de realizar comprobaciones y, en caso de detectar duplicidades, pueden iniciar un procedimiento para resolver la situación, lo que podría derivar en la baja en uno de los padrones.
Cómo y cuándo cambiar el empadronamiento
El proceso de cambio de empadronamiento es sencillo y puede realizarse tanto de forma presencial como online. Para ello, es necesario presentar documentos como el DNI, un justificante de domicilio (como un contrato de alquiler o una factura de servicios) y, en algunos casos, el certificado de estudios. Muchos ayuntamientos exigen cita previa, por lo que es recomendable informarse con antelación.
En resumen, el empadronamiento no es un trámite menor. Es una obligación legal que, de no cumplirse, puede acarrear sanciones económicas, problemas administrativos y limitaciones en el acceso a servicios públicos. Por ello, los ciudadanos que cambien de residencia deben actualizar su registro en el padrón lo antes posible para evitar complicaciones innecesarias.