En el Vaticano, ha dado inicio el cónclave para elegir al nuevo Papa tras el fallecimiento del Papa Francisco. Los 133 cardenales vestidos en sus hábitos tradicionales se reunieron primero en la capilla Paulina antes de procesionar hacia la capilla Sixtina, entonando cánticos religiosos. Una vez allí, comenzaron a prestar juramento de silencio, un protocolo obligatorio bajo amenaza de excomunión. El maestro de ceremonias, Diego Ravelli, expulsó al personal ajeno con la solemne fórmula “Extra omnes”, dejando a los cardenales en espera de que el humo indique los resultados.
La elección requiere de una mayoría de dos tercios, y los cardenales participan en varias rondas de votación para alcanzar un consenso. En la primera jornada, se espera la primera fumata a las 19:00; el humo blanco indicaría la elección de un nuevo Papa, mientras que el negro señalaría la falta de acuerdo. Los días posteriores siguen una rutina de votaciones matutinas y vespertinas, con fumatas para anunciar los resultados. Si se alcanza el consenso en votaciones no programadas, una fumata inesperada puede ser la señal de que un nuevo pontífice ha sido elegido.
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