Durante un periodo de aproximadamente dos millones de años, la Tierra experimentó un evento geológico conocido como el Evento Pluvial del Carniense, caracterizado por lluvias ácidas e incesantes. Este fenómeno tuvo lugar hace unos 232 millones de años, cuando el planeta pasó de un período seco a uno de humedad extrema. Investigaciones iniciadas en la década de 1970 revelaron capas de sedimentos inusuales en diversas rocas a nivel mundial, indicando un cambio drástico en las condiciones climáticas de la Tierra.
El astrofísico Neil deGrasse Tyson explica que esta prolongada sequía fue provocada por masivas erupciones volcánicas en lo que hoy es Alaska y Canadá. Estas erupciones liberaron grandes cantidades de gases, como dióxido de carbono y dióxido de azufre, lo que a su vez causó un calentamiento global extremo y llevó a la rápida evaporación de los océanos. La resultante saturación de la atmósfera generó un ambiente perpetuamente nublado, en donde «el sol rara vez se veía» y la superficie de la Tierra estaba sumida en una tormenta interminable.
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