La expresidenta argentina Cristina Kirchner enfrenta un nuevo revés judicial después de que la Corte Suprema del país dictaminara que debe enfrentar un juicio oral por el supuesto encubrimiento de cinco iraníes acusados del atentado a la mutual judía AMIA en 1994. La Corte rechazó el recurso presentado por Kirchner para evitar el juicio, argumentando que no cumplía con los requisitos formales establecidos por la ley, lo que obliga a la dirigente peronista a responder ante las acusaciones de encubrimiento agravado, obstrucción a la justicia y abuso de autoridad. Este caso se originó cuando el fallecido fiscal Alberto Nisman acusó a Kirchner y a otros funcionarios de su gobierno de haber firmado un memorándum de entendimiento con Irán en 2013, con el presunto objetivo de proteger a los autores del atentado y levantar las órdenes de captura de Interpol. El juicio contará con la participación de más de 300 testigos y será llevado a cabo por un tribunal compuesto por los jueces Andrés Basso, Rodrigo Giménez Uriburu y Javier Ríos.
En un giro paralelo, la Corte Suprema confirmó el sobreseimiento de Kirchner en una causa distinta relacionada con la venta de dólares a futuro, una decisión que había sido previamente archivada en 2021, al considerarse que no era competencia de la Justicia evaluar decisiones de política económica. Sin embargo, este fallo ofrece solo un leve respiro a la expresidenta, quien sigue enfrentando otros desafíos legales. Recientemente, un tribunal de apelaciones ratificó una condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua por corrupción, que representa una amenaza significativa para su carrera política, con la Corte Suprema como última instancia de apelación. Este complejo entramado judicial subraya el convulso panorama político y legal que rodea a una de las figuras más prominentes de la política argentina contemporánea.
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