En la Franja de Gaza, una región marcada por el conflicto y la adversidad, la crisis de salud mental se intensifica bajo condiciones sanitarias deplorables. Con una infraestructura médica al borde del colapso, los habitantes enfrentan un panorama desolador: solo 18 de los 36 hospitales operan parcialmente mientras que 57 de los 142 centros de atención primaria y 11 hospitales de campaña permanecen en funcionamiento.
En una conferencia de prensa desde Gaza, el doctor Rik Peeperkorn, representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en los territorios palestinos ocupados, destacó el impacto devastador del conflicto prolongado sobre la salud mental de los ciudadanos. «El estrés y la ansiedad han aumentado», señaló, identificando a niños y adolescentes como los más vulnerables en esta crisis silenciosa. Peeperkorn también resaltó la extraordinaria resiliencia demostrada por los trabajadores humanitarios que operan en medio de la destrucción y el sufrimiento.
Con apenas dos psiquiatras presentes en el norte de Gaza, la situación de salud mental es alarmante. Previamente, un hospital psiquiátrico y seis centros comunitarios de salud mental atendían a la población, pero los servicios quedaron paralizados a comienzos de 2024 por los continuos ataques. Frente a esta emergencia, la OMS ha desplegado a 44 expertos en primeros auxilios psicológicos para ofrecer apoyo emocional y fomentar la resiliencia entre los gazatíes.
El reciente alto el fuego y el retorno de miles de personas al norte de Gaza han incrementado la demanda de atención sanitaria. Apenas el hospital Al-Awda mantiene su operatividad, aunque de manera limitada, con solo 40 camas disponibles. En la ciudad de Gaza, los centros hospitalarios enfrentan restricciones similares. No obstante, gracias al cese de las hostilidades, 101 camiones cargados con suministros esenciales han llegado a la región, posibilitando que la OMS amplíe los servicios sanitarios para cerca de 1.6 millones de personas.
Más al sur, en Rafah, el panorama es aún más desolador. Descrito por Peeperkorn como un «páramo», la devastación de infraestructura médica es alarmante. Solo el hospital de campaña de los Emiratos Árabes Unidos opera de manera parcial, centrando sus esfuerzos en cirugía general y ortopedia. Los hospitales Al Najjar y el de maternidad, fundamentales para servicios críticos, se hallan en ruinas.
Ante esta creciente crisis humanitaria, la OMS emprende acciones para restaurar instalaciones vitales como el hospital indonesio y establecer un centro de salud prefabricado en Gaza. Adicionalmente, la implementación de quirófanos móviles busca reforzar la capacidad quirúrgica y de atención en traumatología. Estas iniciativas, junto con un sistema mejorado de vigilancia y respuesta a enfermedades, aspiran a fortificar la atención médica y mitigar el sufrimiento en una región que clama por ayuda urgente.