El reciente atentado contra la popular banda de cumbia Agua Marina en el Círculo Militar de Chorrillos ha generado un fuerte rechazo en todo el espectro político peruano. El incidente, que puso en peligro la vida de los integrantes de la banda, ha servido como catalizador para una serie de censuras y demandas de acción por parte de distintos sectores de la sociedad y el gobierno. Las críticas se han centrado en el creciente clima de inseguridad y la aparente incapacidad del gobierno para garantizar la seguridad pública.
Este evento ha precipitado un realineamiento político significativo, con el partido Fujimorista Fuerza Popular, que hasta ahora había mostrado cierto grado de apoyo al gobierno, uniéndose a las iniciativas para destituir a la administración actual. La presión aumentó rápidamente, forzando a los políticos a reconsiderar sus posiciones en un contexto de creciente malestar social. Este nuevo escenario subraya la inestabilidad política y el descontento ciudadano que está marcando la agenda del país.
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