El Centro de Convenciones de Pasadena se ha convertido en un refugio vital para más de 500 personas desplazadas por los devastadores incendios que han consumido más de 3.000 hectáreas. El espacio, que abrió sus puertas a las ocho de la tarde del martes, ha cobrado vida a medida que las familias comenzaron a llegar masivamente desde las tres de la madrugada. Entre pasillos repletos de personas, se percibe la urgente necesidad de duplicar la capacidad de acogida. La Cruz Roja, junto con organizaciones locales y la ayuda de la ciudad de Pasadena, ha suministrado camillas, mantas y artículos de primera necesidad. David Montes, un residente de Baldwin Park de origen jalisciense, está inmerso en organizar el flujo de personas. Montes destaca la presencia de ancianos y personas convalecientes, sobre los cuales recae el apoyo incondicional de la salud pública local, los paramédicos y la Cruz Roja, que están trayendo más camillas para enfrentar la emergencia.
La solidaridad se manifiesta en esta catástrofe a través de una larga fila donde familias esperan por alimentos, incluyendo agua, bebidas energéticas y café. La comunidad ha respondido, incluso con alimentos para mascotas. Isaac Dawson, jefe ejecutivo del ACP en California, supervisa a los voluntarios mientras comparte que están contactando restaurantes para obtener más suministros. Aunque el esfuerzo es significativo, Dawson subraya la falta de coordinación por parte de las autoridades locales, lo que dificulta la organización de enfermeros dispuestos a ayudar. Sin líderes claros desde la ciudad o el condado, los voluntarios se han basado en su propia experiencia en desastres recientes, como las inundaciones de Carolina del Norte, para proporcionar la ayuda tan vital en estos momentos críticos.
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