La inseguridad alimentaria global está alcanzando proporciones alarmantes, afectando a más de 343 millones de personas en 74 países, marcando un aumento del 10% respecto al año anterior. Este dramático incremento es cercano al récord observado durante la pandemia, provocando una creciente preocupación entre organismos internacionales y líderes mundiales. De acuerdo con un reciente informe del Programa Mundial de Alimentos (PMA), se estima que alrededor de 1,9 millones de personas están al borde de la hambruna en regiones como Gaza y Sudán, así como en algunas partes de Sudán del Sur, Haití y Malí.
La situación en América Latina y el Caribe tampoco es más alentadora, con 40,8 millones de personas que sufren inseguridad alimentaria. De estas, 14,2 millones han sido identificadas como prioritarias para recibir asistencia. Frente a esta alarmante realidad, el PMA ha calculado que necesitará alrededor de 16.900 millones de dólares para poder atender a 123 millones de las personas más necesitadas en 2025, un monto que es apenas el equivalente al gasto mundial en café en un periodo de dos semanas.
Cindy McCain, directora ejecutiva del PMA, destacó la seriedad de la situación, señalando que «las necesidades humanitarias globales están en aumento, impulsadas por conflictos devastadores, catástrofes climáticas cada vez más frecuentes y grandes turbulencias económicas. Sin embargo, la financiación no está a la altura». Este déficit financiero ha forzado al PMA a reducir sus operaciones para 2024, dejando de lado a algunas de las poblaciones más vulnerables.
El África subsahariana es la región más crítica, con más de 170 millones de personas enfrentando hambre aguda. En esta región, las necesidades de financiación representan la mitad de lo que el programa requerirá el próximo año. Los conflictos en países como Sudán y la República Democrática del Congo, exacerbados por condiciones climáticas extremas, han intensificado la crisis alimentaria.
En el Medio Oriente, las condiciones son igualmente preocupantes con Gaza, Siria y Yemen sufriendo niveles alarmantes de inseguridad alimentaria. En Gaza, el 91% de la población enfrenta inseguridad alimentaria aguda, y un 16% vive en condiciones catastróficas.
Asia y el Pacífico tampoco escapan de esta crisis, con 88 millones de personas luchando contra el hambre debido a desastres climáticos. Las operaciones humanitarias en estas regiones están notablemente presionadas, creando desafíos adicionales para acceder a recursos esenciales.
Mientras tanto, en América Latina, el PMA se enfoca en fortalecer los sistemas alimentarios y crear resiliencia climática para estabilizar a las comunidades más vulnerables. La organización llama urgentemente a la comunidad internacional para que brinde apoyo financiero y diplomático, con el fin de contrarrestar la creciente ola de necesidades y ayudar a las comunidades afectadas a construir resiliencia sostenible frente a la inseguridad alimentaria. El PMA se compromete a ajustar sus respuestas a las necesidades específicas de cada nación para continuar ofreciendo programas de alta calidad en el futuro cercano.
