La oposición israelí planea pedir la disolución del Parlamento la próxima semana, lo que podría conducir a elecciones anticipadas. Este movimiento coincide con un cambio en el apoyo de facciones ultrarreligiosas al actual Gobierno liderado por Benjamín Netanyahu. Tanto el partido Yesh Atid de Yair Lapid como Israel Beitenu de Avigdor Liberman han anunciado su intención de presentar la propuesta. Liberman afirmó en sus redes sociales que el Gobierno del 7 de octubre debe cesar, haciendo referencia a la gestión actual. Este panorama se complica con la retirada de apoyo de los ultraortodoxos, quienes protestan por la falta de avance en un proyecto de ley crucial para ellos.
Las facciones ultrarreligiosas, Shas y Judaísmo Unido de la Torá, son fundamentales para la estabilidad de la coalición de Netanyahu, y han estado bloqueando actividades legislativas debido a la lentitud en aprobar una ley que eximiría a algunos ultraortodoxos del servicio militar. Esta situación se agravó tras una orden del Tribunal Supremo que requiere alistar a los ultraortodoxos mientras no se apruebe una ley formal. La discusión sobre las exenciones se ha intensificado en medio del conflicto en Gaza, aumentando la presión para que el Gobierno actúe con rapidez. A pesar de estas tensiones, el apoyo de Shas a la posible disolución parlamentaria sigue siendo incierto, lo que podría dejar espacio para que Netanyahu busque un acuerdo que mantenga su Gobierno.
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