Israel ha intensificado sus operaciones militares en Gaza, resultando en más de 80 muertes durante la madrugada del miércoles, según el Ministerio de Sanidad de Gaza. Los ataques se concentraron en Yabalia, en el norte del enclave, donde un campo de refugiados sufrió la peor parte, dejando al menos 50 muertos entre sus habitantes. Este aumento en la violencia marca una de las jornadas más letales desde que Israel rompió el alto el fuego con Hamás en marzo, acumulando casi 2,800 palestinos fallecidos desde entonces. Las imágenes difundidas muestran un escenario de destrucción total, con edificios reducidos a escombros en medio de un panorama desolador. La mayoría de las víctimas continúan siendo mujeres y niños, lo que ha suscitado acusaciones de crímenes de guerra contra Israel.
Además, un reciente bombardeo en el Hospital Europeo de Jan Yunis ha matado a 16 personas y herido a otras 70, incluida la destrucción de departamentos donde se atendían a niños en espera de evacuación médica. Según fuentes israelíes, el objetivo era matar a Mohamed Sinwar, líder de Hamás en Gaza, pero no está claro si sobrevivió. La operación se enmarca en la continua ofensiva israelí, que también ha alcanzado la zona costera de Al Mawasi, previamente considerada un refugio seguro por Israel. La situación humanitaria se agrava debido a un bloqueo que impide la entrada de ayuda, generando condiciones críticas de hambre y sed, lo que Médicos Sin Fronteras ha calificado como una «limpieza étnica». Naciones Unidas ha solicitado a sus estados miembros prevenir un posible genocidio en la región.
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