La crema de calabaza se consagra como un plato emblemático del otoño, destacando por su suavidad y facilidad de preparación. Sin embargo, a menudo se enfrenta al desafío de ser una preparación insípida, un problema que puede solucionarse mediante la adecuada cocción y el uso de un buen aceite de oliva virgen extra (AOVE). Asar la calabaza en lugar de cocerla es fundamental para intensificar su dulzor natural, gracias al proceso de caramelización que se produce al perder humedad. Para lograr el mejor resultado, el AOVE Maestros de Hojiblanca El Nuestro se presenta como una excelente opción, destacando por su equilibrio y su capacidad para potenciar el sabor de las verduras.
El proceso de elaboración implica asar la calabaza a 200 ºC, acompañada de ajo, tomillo y AOVE, para luego combinarla con un caldo hecho a base de sus pieles y semillas. Después, se doran zanahoria y puerro antes de integrar todos los ingredientes con la calabaza asada y la avena instantánea, consiguiendo una textura sedosa. La crema se tritura hasta obtener una consistencia homogénea, y se recomienda servirla con frutos secos y un chorro de un AOVE más frutado y potente, como el Maestros de Hojiblanca Oda a la Alcachofa, que añade una nota de amargor y picor distintiva al plato final.
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