La situación en Oriente Próximo se ha complicado aún más en medio de un aumento de la tensión, con un trasfondo de conflictos que comenzó hace setenta y siete años con la creación del Estado de Israel. Las tensiones han escalado particularmente en Gaza, donde las fuerzas israelíes han intensificado sus ataques contra Hamás, mientras que Irán apoya a varios grupos como Hezbolá y los hutíes. A pesar de la normalización de relaciones entre Israel y algunos países árabes, como Marruecos y los Emiratos Árabes Unidos, la reacción frente a la violencia en Gaza ha sido pírrica, destacando la formalidad del apoyo solo por parte de Irán, país que ha históricamente estado en oposición a Israel.
Recientemente, las hostilidades alcanzaron un nuevo pico cuando Israel llevó a cabo un ataque aéreo sobre instalaciones militares en Irán, resultando en múltiples bajas, incluyendo al jefe de la Guardia Revolucionaria. La respuesta de Irán fue un ataque con drones hacia Israel, aunque en su mayoría fueron interceptados sin causar víctimas. Este escenario se complica aún más con la intervención de Estados Unidos, cuyo presidente ofreció respaldo a Israel tras los recientes ataques. Así, la tensión en la región sigue presente, dejando a la paz mundial en un delicado equilibrio.
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