El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, fue escoltado por la policía para entrar en un acto en defensa de la nueva ley de Libertad Educativa en Orihuela, Alicante, el pasado sábado. A su llegada, Mazón fue recibido con gritos de «asesino» y peticiones de dimisión por parte de manifestantes. Entre ellos, se encontraban miembros de la plataforma en defensa del IES El Palmeral de Orihuela, preocupados por la posible reconversión del instituto en un Centro Integrado de Formación Profesional, lo que afectaría a 400 alumnos. A pesar de los ánimos caldeados, solo se registró un altercado menor entre manifestantes, que logró calmarse rápidamente sin mayores incidentes. El evento de carácter político se desarrolló en un territorio considerado afín al Partido Popular, sin embargo, ni siquiera allí se libró de las crecientes críticas por su gestión durante las inundaciones del pasado octubre en Valencia, que resultaron en la trágica pérdida de más de 220 vidas.
El encuentro posterior con alcaldes y militantes del PP en la comarca de la Vega Baja transcurrió sin problemas, a pesar de la tensa situación inicial. Mazón, quien regularmente escoge la provincia de Alicante para sus apariciones públicas, no ha logrado eludir el clamor popular que exige su renuncia debido a la gestión del feroz temporal de gota fría. La citada reunión tenía como propósito reafirmar el compromiso del gobierno autónomo con la nueva política educativa, que incluye consultas a los padres sobre la lengua vehicular en los colegios. La medida busca responder a una vieja demanda en las zonas de Alicante donde predomina el habla hispana frente al valenciano. Sin embargo, el descontento generalizado y las protestas siguen empañando los intentos del presidente por consolidar su liderazgo en la región.
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