España enfrenta un desafío creciente en el ámbito de la salud mental, ya que problemas como la ansiedad, el insomnio y el estrés han aumentado significativamente en los últimos años, con un incremento del 30% en las consultas relacionadas, según revelan estadísticas recientes. En respuesta, la neurociencia aplicada se perfila como una solución complementaria y basada en datos frente a las limitaciones del modelo tradicional.
A diferencia de las intervenciones psicológicas y psiquiátricas convencionales, que suelen centrarse en aliviar síntomas sin profundizar en la actividad cerebral, el enfoque del QEEG Neurofeedback está ganando popularidad. Esta metodología permite identificar patrones cerebrales desregulados y utilizar el neurofeedback clínico para entrenarlos, aportando una intervención en salud mental que es tanto objetiva como personalizada.
El Neuroscenter, que en 2025 celebra su décimo aniversario, se ha posicionado como un pionero en España en la aplicación del QEEG Neurofeedback, integrando la neurociencia con la salud mental durante toda una década.
«No se puede tratar lo que no se ve. El QEEG hace visible el problema y el neurofeedback lo entrena», afirma Sydney Pinoy Peyronnet, fundador de Neuroscenter. El Quantitative EEG (QEEG) permite detectar áreas cerebrales con actividad irregular, frecuentemente asociadas con la ansiedad, TDAH, trauma, depresión o insomnio, y diseñar protocolos basados en esos datos. A partir de estas mediciones, el neurofeedback entrena al cerebro para autorregularse, aprovechando la plasticidad neuronal. Este enfoque contrasta con la tendencia emergente de «wellness cerebral» y promueve un modelo clínico con resultados medibles y supervisión profesional.
Una paciente de 42 años de Barcelona relata su experiencia: «Hace años que me costaba conciliar el sueño y me despertaba varias veces, levantándome cansada cada mañana. Después de unas semanas de entrenamiento empecé a regular mi sueño otra vez. Para mí fue la diferencia entre sobrevivir y volver a vivir».
Desde el Neuroscenter, se observa un aumento en la demanda, especialmente tras la pandemia, con más personas buscando soluciones que sean no invasivas, personalizadas y con un seguimiento objetivo, en lugar de tratamientos generalistas o basados en el método de ensayo-error.
De cara al futuro, Neuroscenter subraya la importancia de incorporar herramientas de medición sistemática en la salud mental —tal como se hace en otras disciplinas médicas como la cardiología o la endocrinología— para avanzar hacia tratamientos más efectivos y una recuperación sostenible.


