En 2019, la feria Art Basel Miami se vio sacudida por el controversial despliegue de la obra «Comedian» del artista italiano Maurizio Cattelan, que consistía en un plátano pegado a la pared con cinta adhesiva. A pesar de su simplicidad, la obra alcanzó precios de venta entre 103.000 y 130.000 dólares. La notoriedad aumentó cuando el artista David Datuna comió la banana frente al público, reforzando la naturaleza efímera del arte contemporáneo. Increíblemente, en 2024, una de las versiones del plátano fue subastada por 6,2 millones de dólares, destacando el auge del mercado del arte y su intersección con el espectáculo, tocando un punto crítico sobre el valor percibido en las obras de arte.
El libro «Arte parece, plátano es» de Laura Revuelta ofrece un análisis de estos fenómenos en el contexto del arte del siglo XXI. Revuelta aborda temas cruciales como la descolonización, la reivindicación de las mujeres artistas y las tensiones políticas, enfatizando el rol del arte como medio de comunicación y sanación en un mundo caótico. La reflexión se extiende a la mercantilización del arte y casos como el del artista Jens Haaning, quien envió lienzos en blanco al museo en un acto de provocación sobre el valor real de la obra artística. Revuelta evoca la idea de que el arte es esencial para la supervivencia humana, representando una forma de dar sentido al caos diario, tal como lo reflejan las palabras de Yayoi Kusama y Clarice Lispector, destacando la importancia vital del arte en la vida y la sociedad.
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