El enfrentamiento entre Liverpool y Real Madrid en Anfield comenzó con gran intensidad por parte del conjunto inglés, a pesar de arrastrar una racha negativa con seis derrotas en los últimos ocho encuentros. Aunque el entusiasmo local fue evidente, el Real Madrid no se dejó intimidar. A medida que el juego avanzaba, especialmente después del minuto 20, los madrileños comenzaron a imponer su dominio, controlando el balón y ejecutando una presión efectiva tras cada pérdida.
Xabi Alonso y su equipo buscaban su séptima victoria consecutiva, respaldados por su reciente triunfo contundente contra el Valencia en el Santiago Bernabéu, donde ganaron 4-0. La expectativa era alta, ya que el Real Madrid llegaba en un estado de forma notable, lo cual quedó reflejado en su desempeño en el campo al enfrentarse a los reds.
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