Emprender en España se ha convertido en una travesía cada vez más exigente, según revela un reciente análisis de Legálitas Negocios. Este estudio, que ha contado con la participación de más de 700 personas a través de redes sociales, identifica el desorbitado coste económico como el principal escollo para los aspirantes a empresarios. Un 42% de los encuestados reconoce que los elevados precios constituyen una barrera significativa en su camino hacia la creación de un negocio.
Los emprendedores afrontan una pesada carga económica antes de ver cualquier euro de ingreso. Estos gastos iniciales abarcan desde la constitución de la empresa, la adquisición de equipamiento necesario, el alquiler de espacios y las cuotas de autónomos, entre otros. Aunque herramientas como la tarifa plana para nuevos autónomos pretenden suavizar este impacto, el coste inicial sigue siendo un factor crucial que disuade a muchos. Además, las ayudas públicas, aunque existentes, son consideradas por algunos como insuficientes para compensar estos gastos iniciales.
A este desafío se suma la complejidad burocrática y los trámites administrativos, que fueron señalados por el 40% de los encuestados. En contraste con la relativa sencillez del alta para autónomos, el camino hacia la constitución de una sociedad limitada está plagado de obstáculos. Pasos como la obtención de un certificado de denominación social y la inscripción en el registro mercantil se perciben como procedimientos prolongados y onerosos, lo que desanima a muchos potenciales empresarios.
La incertidumbre legal también pesa sobre los hombros de los nuevos empresarios. Un 10% de los encuestados admitió que la falta de claridad en cuanto a los aspectos legales entorpece sus avances empresariales. Cuestiones sobre la forma jurídica más adecuada y los trámites pertinentes son un quebradero de cabeza recurrente que genera inseguridad y demora en la toma de decisiones.
El tiempo necesario para establecer una empresa se erige como otro de los retos desalentadores, con un 8% de los emprendedores señalando que los procesos son lentos. Si bien un autónomo puede comenzar su actividad en apenas un día, el establecimiento de una sociedad implica un trámite mucho más largo y complicado, añadiendo un nivel adicional de dificultad al ya complejo proceso de emprender en el país.
El estudio enfatiza la importancia de ofrecer un acompañamiento adecuado a los emprendedores para allanar el camino de sus decisiones. Además, subraya la necesidad imperiosa de brindar orientación efectiva frente a un panorama administrativo y financiero que, a todas luces, resulta intrincado para quienes desean emprender un nuevo proyecto en España.