La pizza, un plato emblemático de la cultura italiana, se ha convertido en un símbolo gastronómico a nivel mundial. Sin embargo, la forma en que se prepara y se sirve es un asunto de honores en Italia, donde los puristas se adhieren a tradiciones muy específicas. Un punto crucial es la manera de cortarla: en Nápoles, la pizza se presenta entera, se corta en cuartos con tijeras y se dobla, rechazando tímidamente el uso del cortador tradicional que se popularizó en Estados Unidos.
Davide Argentino, chef italiano galardonado por su excepcional masa de pizza, ha impuesto esta práctica en su restaurante Forbici en Mánchester, al prohibir el cortador convencional. Según Argentino, este utensilio tiende a desmenuzar la corteza y arrastrar los ingredientes, mientras que utilizar tijeras mantiene la integridad de la masa, que requiere un cuidadoso proceso de fermentación. La intención de Argentino es preservar la artesanía de la pizza, ofreciendo a sus comensales una experiencia auténtica que respete su rica tradición gastronómica.
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