Corea del Norte ha llevado a cabo una nueva prueba de un misil hipersónico, coincidiendo estratégicamente con la visita del Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a Seúl. Este acto ha sido interpretado como una demostración de poder dirigida a sus rivales, tal y como expresó el líder norcoreano Kim Jong Un, quien subrayó la disposición del país para utilizar cualquier medio en la defensa de sus intereses. El misil, lanzado al mediodía, voló más de 1.100 kilómetros antes de caer al mar, exhibiendo capacidades hipersónicas al alcanzar velocidades 12 veces superiores a la del sonido. Este desarrollo subraya la creciente sofisticación del armamento hipersónico norcoreano, que busca fortalecer su posición en la región del Pacífico.
En respuesta, Antony Blinken destacó la importancia de una colaboración estrecha entre Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, alertando sobre un posible intercambio de tecnología entre Pyongyang y Moscú, en el contexto del conflicto en Ucrania. La situación se desarrolla en medio de una crisis política en Corea del Sur, luego de la destitución del presidente Yoon Suk Yeol, creando un escenario de incertidumbre en la península coreana. Blinken enfatizó la alianza entre Washington y Seúl como clave para mantener la paz y estabilidad en la región, mientras advierte que tales pruebas de misiles apuntan a desafiar el compromiso de desnuclearización a largo plazo.
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