La sorpresa y desconcierto se han apoderado de los opositores en la Comunidad de Madrid tras encontrarse con unos baremos y exigencias en las pruebas físicas que superan con creces lo esperado. Las evaluaciones, consideradas por muchos como excesivamente rigurosas, han dado lugar a un considerable número de reclamaciones. Los candidatos afirman que los criterios establecidos no se correspondieron con lo anunciado previamente, lo que generó confusión y descontento generalizado. Este giro inesperado ha suscitado un debate sobre la transparencia y adecuación de las pautas establecidas para acceder a cargos públicos.
Las autoridades locales, por su parte, defienden que las pruebas se encuentran dentro de los parámetros necesarios para asegurar el cumplimiento de los estándares requeridos en los servicios públicos. Insisten en que el proceso está diseñado para evaluar el potencial real de los aspirantes y garantizar que se seleccionen a los candidatos más capacitados. Sin embargo, el malestar entre los opositores se mantiene, y muchos han solicitado una revisión de los criterios utilizados en el proceso, esperando que se tomen medidas para asegurar un procedimiento más equitativo y acorde con las expectativas iniciales.
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