Desde el año 2003, Alcalá de Henares se ha convertido en un refugio temporal para niños y niñas saharauis a través del programa Vacaciones en Paz. Esta iniciativa, fruto de la colaboración entre el Ayuntamiento de la ciudad y la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Alcalá de Henares, permite a jóvenes de entre 8 y 12 años abandonar temporalmente las duras condiciones del desierto argelino y los campamentos de refugiados en Tinduf.
La concejala de Participación Ciudadana, Esther de Andrés, subraya que el programa no solo ofrece un alivio de las altas temperaturas y carencias que sufre esta población infantil, sino que también suponen una oportunidad para acceder a reconocimientos médicos y tratamientos especiales. Además, se incorporan comidas equilibradas y educativas que promuevan el aprendizaje del castellano, fomentando así un intercambio cultural significativo.
A lo largo de dos meses, durante los calurosos julio y agosto, estas estancias temporales en hogares alcalaínos pretenden ser una fuente de bienestar y desarrollo integral para los menores. Además, las familias interesadas en participar tienen la oportunidad de convertirse en agentes activos del programa, acogiendo a los pequeños y pequeños en sus hogares. El proceso de acogida está abierto hasta el próximo mes de abril y puede gestionarse a través de un correo electrónico específico o contactando vía WhatsApp.
Este esfuerzo conjunto de asociaciones y autoridades locales ha permitido no solo aliviar las adversidades inmediatas, sino también construir puentes culturales entre el pueblo saharaui y el español. La concejala de Educación también colabora en esta iniciativa, reconociendo la creación de valiosos vínculos familiares que han surgido gracias a la continuidad y el compromiso del proyecto.
Al final, Vacaciones en Paz no es solo un alivio temporal, sino una puerta hacia un mundo más solidario y consciente, en el que las diferencias culturales se convierten en el pilar para fortalecer la unidad y la empatía entre pueblos. Esta noble causa sigue siendo un testimonio viviente de la cooperación y el entendimiento mutuo entre dos culturas que, a pesar de la distancia geográfica, comparten una historia común.