En el contexto de una región asediada por la censura y la represión, la periodista egipcia Lina Attalah, cofundadora y editora jefe de Mada Masr, ofrece una perspectiva valiente sobre la libertad de expresión. En una entrevista reciente, Attalah compartió sus reflexiones sobre lo que significa ejercer este derecho fundamental en ambientes hostiles, donde cada palabra puede ser medida y calculada por quienes detentan el poder.
Attalah, una voz influyente en la defensa de los derechos humanos y la libertad de prensa, destacó la importancia de poder pensar y expresarse sin temor. En un viaje a Siria, observó un cambio significativo que ha permitido a muchos sirios hablar más abiertamente, contrastando marcadamente con el pasado represivo de la nación. Sin embargo, reconoció que el futuro sigue siendo incierto para aquellos que buscan alzar su voz.
Al centrar la discusión en Egipto, Attalah describió la situación como un retroceso notable desde la esperanza que surgió tras la revolución de 2011. Bajo el régimen de Abdel Fattah el-Sisi, la libertad de los medios ha sido erosionada, transformando a estos en meros vehículos de propaganda estatal. La escasa tolerancia hacia la disidencia ha resultado en encarcelamientos y exilios de quienes se atreven a desafiar la narrativa oficial.
Enfrentando la censura digital, Attalah y su equipo en Mada Masr tuvieron que adaptarse cuando su sitio web fue prohibido en 2017. Recurrir a las redes sociales, como Facebook, les permitió continuar difundiendo su contenido. Sin embargo, Attalah advirtió sobre los límites que imponen los algoritmos de estas plataformas, que restringen la visibilidad de sus publicaciones, representando una nueva forma de censura.
La situación de Alaa Abd El-Fattah, prisionero político y símbolo de resistencia, resuena poderosamente en el discurso de Attalah. Ella expresa su esperanza de que su liberación ocurra en 2025, resaltando que su encarcelamiento ha amplificado su voz, convirtiéndolo en un emblema de lucha por los derechos y la dignidad humana. Attalah también hizo un llamado urgente al gobierno del Reino Unido, instando a que aboguen por su libertad, dejando de lado las consideraciones diplomáticas que podrían comprometer su vida y la de su madre, quien está en huelga de hambre.
En un cierre lleno de determinación, Attalah reconoce a Alaa como su héroe de la libertad de expresión, un símbolo cuya valentía inspira a otros a continuar luchando por un futuro donde la dignidad y la libertad de pensamiento sean una realidad tangible.