La visita de Rachida Dati, ministra de Cultura de Francia, a los territorios ocupados del Sáhara Occidental ha generado una importante controversia, consolidando la política del reconocimiento de la soberanía marroquí sobre la región, previamente respaldada por el presidente Emmanuel Macron. Durante su recorrido por El Aaiún y Dajla, Dati, una figura política destacada y comprometida con la causa marroquí, enfatizó el carácter tanto político como cultural de su visita. La ministra anunció la creación de una sucursal de la Alianza Francesa en El Aaiún y destacó la cooperación cultural y bilateral entre Francia y Marruecos. Este gesto refuerza las relaciones franco-marroquíes y cierra el ciclo de tensiones diplomáticas entre ambos países.
Por otro lado, la visita ha sido duramente criticada por el Frente Polisario y el Gobierno de Argelia, quienes la consideran un acto provocador y un intento de legitimar la ocupación marroquí. Desde el Frente Polisario han calificado el viaje como un «acto hostil», mientras que Argelia ha manifestado que supone un desprecio a la legalidad internacional, recordando que el Sáhara Occidental es un territorio aún pendiente de descolonización. Las acciones de Dati y el respaldo de Francia a la soberanía marroquí no solo fomentan el resentimiento con los países vecinos, sino que también complican la solución del conflicto del Sáhara, alejándose de los esfuerzos mediadores de las Naciones Unidas.
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