En medio de la agitación provocada por los aranceles impuestos por Donald Trump, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, había abanderado una postura de unidad nacional para afrontar el impacto económico. Sin embargo, las esperanzas de alcanzar un acuerdo de Estado en España se han desvanecido rápidamente, atrapadas nuevamente en debates políticos internos como la cuestión catalana y cálculos partidistas. Feijóo enfrentó presiones internas tras su llamado a la unión, retrocediendo hacia una posición más dura ante el pacto del Gobierno con Junts, que incluyó una disposición en el decreto sobre aranceles, calificada por el PP como «cupo arancelario».
A pesar de las advertencias de los veteranos del partido sobre los riesgos de centrarse en un solo aspecto del decreto, el Partido Popular ha optado por desafiar al Gobierno de Pedro Sánchez, recuperando su retórica contra el independentismo, especialmente tras acuerdos previos entre el PSOE y Junts. Mientras tanto, la extrema derecha, representada por Vox, enfrenta su propio dilema, habiéndose aliado estratégicamente a quienes consideran culpables del desorden económico global. Con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, explorando el sentir de los líderes regionales del PP, Feijóo dispone de tiempo para ajustar su estrategia antes de que el decreto llegue al Parlamento, manteniendo abierta la posibilidad de apoyar o rechazar las medidas, dependiendo del clima político.
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