Los municipios han levantado la voz ante lo que califican como una «alerta social» resultante de la gestión migratoria del Gobierno, que según denuncian, está marcada por la improvisación. Autoridades locales sostienen que la falta de planificación y comunicación efectiva por parte del Ejecutivo está provocando situaciones insostenibles en comunidades que se ven desbordadas por la llegada de migrantes. En posteriores comunicados, los ayuntamientos han llamado la atención sobre la necesidad de establecer un plan bien estructurado y coordinado que les permita manejar la situación de manera adecuada, asegurando servicios básicos y condiciones dignas para los recién llegados.
El creciente flujo migratorio ha puesto a prueba la capacidad de respuesta de los municipios, quienes afirman necesitar más recursos y apoyo estatal para enfrentar el desafío. Algunos alcaldes han expresado su preocupación ante un posible aumento de tensiones sociales, sugiriendo que la falta de acción concreta podría desembocar en un escenario de conflicto y descontento entre la población local. La situación exige, según los ediles, una mayor implicación del Gobierno en la elaboración de políticas que garanticen una integración ordenada y efectiva de los migrantes en la sociedad.
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