La disputa política entre los ayuntamientos de Madrid y Getafe se intensifica en la víspera del próximo festival, debido al controvertido plan de movilidad que incluye el cierre de una glorieta bajo la M-45. El ayuntamiento de Getafe ha expresado su preocupación, advirtiendo que tal cierre resultaría en una incomunicación significativa para el barrio afectado. Las autoridades locales insisten en la necesidad de encontrar una solución alternativa que no perjudique a los residentes, mientras que el gobierno madrileño sostiene que la medida es necesaria para garantizar la seguridad y el flujo del evento.
El desacuerdo ha generado tensiones entre ambas administraciones, impactando en los preparativos logísticos del festival. Vecinos y comerciantes locales han manifestado su descontento, preocupados por el posible aislamiento y las repercusiones económicas que podría traer el corte propuesto. El debate sigue abierto, con llamados a negociaciones urgentes para llegar a un consenso que equilibre la viabilidad del festival y el bienestar de los habitantes de Getafe.
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