En medio de un entorno político ya complicado, un nuevo obstáculo se suma al mandato de la actual ministra, al revelarse problemas con varios dispositivos defectuosos que han sido distribuidos como parte de un programa gubernamental. Estos dispositivos, que se esperaba mejorarían la eficiencia y transparencia dentro de distintas áreas de la administración pública, han fallado en su desempeño, generando quejas tanto de funcionarios como de ciudadanos. La situación ha encendido una serie de críticas hacia la gestión del ministerio, poniendo en tela de juicio no solo la calidad de los equipos adquiridos, sino también los procesos de licitación y selección de proveedores.
Este incidente llega en un momento delicado para la ministra, que ya enfrentaba oposición y presiones dentro de su propio partido y del público en general. Las repercusiones de este fallo técnico han sido inmediatas, con llamados a investigar posibles negligencias y corrupción en los contratos adjudicados. Mientras tanto, la ministra ha prometido llevar a cabo una auditoría exhaustiva para identificar las causas del problema y tomar las medidas necesarias para remediarlo, aunque esto no ha mitigado las demandas de dimisión y las exigencias de mayor transparencia en su gestión.
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