En un momento crítico para la administración de Gustavo Petro, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Colombia se encuentra bajo escrutinio debido a una investigación sobre presunta financiación ilegal de su campaña presidencial. La elección del nuevo magistrado del CNE para reemplazar a César Lorduy, quien renunció en diciembre, es vital ya que podría inclinar la balanza del poder en esta entidad electoral. Los candidatos son Álvaro Echeverry Londoño, cercano al presidente Petro, y Plinio Alarcón Buitrago, apoyado por el partido MIRA. Si Echeverry es elegido, el gobierno de Petro podría potencialmente detener las decisiones desfavorables relacionadas con su campaña, dadas las acusaciones previas del presidente sobre un intento de “golpe blando” contra su administración.
El clima político se intensifica con la intervención del Centro Democrático, principal partido de oposición, que ha presentado una acción de tutela para detener la elección del magistrado, alegando una violación del debido proceso. Mientras tanto, la estrategia política del presidente Petro, apoyado por el ministro del Interior, Armando Benedetti, parece diseñada para asegurar el apoyo necesario en el Congreso, donde cuenta con una mayoría significativa en la Cámara de Representantes. La elección tiene implicaciones profundas para el equilibrio político en el país, pues definiría la viabilidad de la investigación sobre la campaña de Petro. A medida que se acerca la votación, la tensión va en aumento, revelando las complejidades del proceso electoral y las estrategias partidarias que impactan la estabilidad democrática en Colombia.
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