Un reciente estudio ha evidenciado que el tratamiento de la hipertensión puede desempeñar un papel crucial en la prevención de enfermedades neurodegenerativas y el deterioro cognitivo. Según los resultados, en aquellos pacientes cuyo desequilibrio arterial no estaba siendo tratado, se observó una reducción del 15% en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas y un 16% en el deterioro cognitivo al recibir tratamiento adecuado para la hipertensión. Este hallazgo resalta la importancia de la gestión y control de la presión arterial como una estrategia preventiva clave para mejorar la salud cerebral y, por ende, la calidad de vida en las personas hipertensas.
El estudio apunta a que la hipertensión, en su estado no controlado, puede ser un factor subyacente importante en el desarrollo de afecciones neurodegenerativas. Tratar esta condición no solo contribuye a mitigar sus efectos directos sobre el sistema circulatorio, sino que también parece tener un impacto protector sobre el cerebro. Expertos en salud pública sugieren que estas intervenciones podrían, a largo plazo, reducir la incidencia de demencias y otras enfermedades relacionadas con la declinación cognitiva. Los resultados subrayan la importancia de políticas de salud pública centradas en el diagnóstico temprano y tratamiento eficaz de la hipertensión para preservar la función cognitiva y prevenir enfermedades neurodegenerativas en la población.
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