A las 8:57 de la mañana, un urgente aviso de riesgo aviario fue emitido por la torre de control del aeropuerto internacional de Muan, Corea del Sur, tras detectar presencia de aves cerca de la trayectoria del vuelo 7C2216 de la aerolínea Jeju Air. Minutos antes, el Boeing 737-800 había obtenido luz verde para aterrizar en la pista número 1. Sin embargo, a las 8:59, las cosas tomaron un giro crítico cuando el piloto emitió un «mayday» y tomó la decisión de ganar altitud nuevamente, observándose humo y llamas en el motor derecho del avión, según testimonios visuales de testigos en el lugar.
A las 9:00, la aeronave recibió la autorización para aterrizar en la pista 19 desde el lado norte. Lamentablemente, al hacerlo, el avión no desplegó el tren de aterrizaje ni activó otros sistemas de frenado, lo que condujo a que se deslizara sobre su panza, chocando al final contra un muro. El impacto resultó en la explosión y el incendio de la aeronave, marcando una trágica jornada con 179 de las 181 personas a bordo perdiendo la vida. Este accidente marca el siniestro aéreo con más víctimas mortales en la historia de Corea del Sur, llevando al presidente interino, Choi Sang-mok, a declarar el condado de Muan como zona especial de desastre y anunciando un luto nacional de siete días.
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