La economía ha registrado su primer dato trimestral negativo desde 2022, lo que marca un retroceso significativo en el crecimiento económico. Este descenso se produce en un contexto de incertidumbre global y tensiones geopolíticas, factores que han influido en la disminución del comercio internacional y la inversión. Los analistas destacan que el impacto de la inflación persistente y las fluctuaciones en los precios de la energía han exacerbado la situación económica, limitando el poder adquisitivo de los consumidores y afectando negativamente a las principales industrias del país.
Ante este panorama, el gobierno se encuentra bajo presión para implementar medidas de estímulo que impulsen la recuperación económica. Las propuestas incluyen incentivos fiscales y un aumento en la inversión pública para revitalizar sectores clave. Sin embargo, expertos advierten sobre la importancia de mantener un equilibrio fiscal para evitar aumentos excesivos en la deuda pública. Mientras tanto, se observa con atención la evolución de las políticas monetarias internacionales, que podrían influir en el curso del crecimiento económico en los próximos meses.
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