La violencia sigue ensombreciendo al estado de Colima, particularmente en su ciudad portuaria de Manzanillo, con el reciente asesinato del contraalmirante de la Secretaría de Marina, Fernando Rubén Guerrero Alcántar. El brutal ataque, ocurrido en una de las principales arterias de la ciudad, ha sacudido a las fuerzas armadas mexicanas, ya que es el segundo homicidio en diez días de un integrante de la Marina en esa zona. Manzanillo es un crucial punto de entrada para bienes del comercio asiático, pero también se ha convertido en un enclave crítico para el narcotráfico, enfrentando problemas crecientes por la llegada de precursores químicos para las drogas sintéticas. La Secretaría de Marina expresó su condolencia a la familia de Guerrero Alcántar, mientras que medios locales recuerdan que recientemente había dejado un cargo en la Aduana Marítima de Veracruz bajo controversias administrativas.
Colima, un estado pequeño pero estratégico, ha visto un auge en los índices de violencia, colocándose como uno de los más peligrosos del país. Con una población de aproximadamente 700,000 personas, sus niveles de homicidio han escalado internacionalmente, destacando a la ciudad de Colima como la más violenta del mundo según un reciente ranking de 2023. Este impactante nivel de violencia contrasta con la imagen que anteriormente se tenía de la región: un lugar conocido por su belleza natural y estabilidad económica. Sin embargo, ahora enfrenta un panorama dominado por la inseguridad y el desafío continuo que representa el crimen organizado.
Leer noticia completa en El Pais.