Los cascos azules de la Fuerza Provisional de Naciones Unidas para Líbano (Unifil) han sido atacados en el sur del país por tercer día consecutivo, en medio de una invasión terrestre por parte de Israel, que se prolonga desde hace más de diez días. Dos soldados de Sri Lanka resultaron heridos en los incidentes de este viernes, según confirmaron las autoridades israelíes, que calificaron el ataque de «involuntario». La misión de paz enfrenta un «grave peligro» bajo estas agresiones, las cuales constituyen una violación del derecho internacional humanitario, según manifestó Unifil en un comunicado. La violencia ocurrió cerca de Naqura, en el suroeste de Líbano, donde explosiones y el impacto de un vehículo militar israelí ocasionaron el derribo de muros en las posiciones de observación de los cascos azules.
Mientras la ofensiva israelí prosigue, con al menos 22 muertos confirmados por bombardeos en áreas densamente pobladas de Beirut, el presidente español, Pedro Sánchez, condenó los ataques y solicitó la suspensión urgente del suministro de armas a Israel. En paralelo, Francia convocó al embajador israelí para exigir explicaciones. El secretario general de la ONU, António Guterres, denunció la situación como una violación del derecho internacional humanitario y pidió «máxima contención». En tanto, el ejército israelí afirmó estar en operaciones cerca de zonas civiles, justificando las acciones como esfuerzos para contrarrestar a Hezbolá. La región sigue sumida en una intensa tensión, con intercambios de fuego que incluyen el lanzamiento de cohetes desde Líbano hacia Israel, mientras se multiplican las víctimas y desplazamientos entre la población.
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