Isidoro M., conocido como «El Doro», inicialmente cultivó una imagen de éxito en Sanlúcar de Barrameda al adquirir el club de fútbol de la ciudad, remodelar su estadio e incluso atraer a la estrella internacional Nicky Jam en 2019. Sin embargo, su aparente prosperidad se desmoronó tras su arresto en la operación Talofita en 2021, donde fue acusado de lavar tres millones de euros provenientes del tráfico de marihuana. La fachada de empresario exitoso de Isidoro escondía un entramado criminal que la Guardia Civil comenzó a desenmarañar, implicando la detención de 11 personas y el encubrimiento de sus transacciones ilícitas.
En una nueva fase de la investigación, bautizada como «Sabila», las autoridades lograron asestar otro golpe a Isidoro y su red, identificando un esquema de blanqueo de 2,5 millones de euros. Se descubrieron pruebas de una compra fraudulenta de tierras y la participación de testaferros, con conexiones a un matrimonio colombiano con antecedentes en narcotráfico. Actualmente bajo la vigilancia de la justicia, Isidoro está siendo investigado por su presunta implicación en una trama de corrupción en la prisión de Puerto III. Además de sus problemas legales, se han incautado activos por 2,5 millones de euros, incluidos propiedades y dinero en efectivo, subrayando un estilo de vida de lujos que recuerda, aunque a menor escala, al de famosos narcotraficantes del pasado.
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