La reciente Conferencia de Presidentes finalizó sin avances tangibles en el abordaje de la cuestión migratoria en España, especialmente en lo que respecta a los menores extranjeros no acompañados que se encuentran hacinados en Canarias y Ceuta. La frustración fue palpable entre los líderes regionales, quienes expresaron su descontento ante la falta de información y las dificultades para avanzar en acuerdos concretos. El presidente canario, Fernando Clavijo, señaló la reunión como una oportunidad perdida, mientras que su homólogo murciano, Fernando López Miras, compartió sentimientos similares de frustración, aunque destacó la importancia de dialogar sobre el tema. Las comunidades autónomas manifestaron reiteradamente sus quejas sobre los traslados de inmigrantes a sus territorios sin una planificación adecuada.
La situación es particularmente crítica en Canarias, que, bajo la presión de acoger a 5.200 menores, presentó un pacto firmado con el País Vasco, instando al Gobierno a desarrollar un Plan Estratégico de Migración. Este acuerdo busca una distribución extraordinaria de los menores mientras continúa la negociación de una reforma legislativa que contemple esta medida. Sin embargo, el avance de las negociaciones se encuentra estancado, en parte debido a las discrepancias con el Partido Popular. Frente a esta parálisis, el Gobierno ha incluido a Junts en sus conversaciones sobre el traspaso de competencias migratorias. La propuesta conjunta de Canarias y Euskadi plantea el establecimiento de una «figura jurídica oportuna» para el reparto de menores basado en indicadores demográficos y económicos, una medida que ha sorprendido e incomodado a ciertos dirigentes autonómicos, como López Miras, quien expresó su malestar por la falta de comunicación sobre la iniciativa entre las comunidades.
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