En un emotivo acto celebrado ante la tumba del político donostiarra, la presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) ha expresado su incertidumbre sobre el verdadero triunfo de la democracia en España, al considerar que se ha permitido la «impunidad para muchos de los asesinos» de la organización terrorista ETA. En un encendido discurso, ha criticado duramente las decisiones judiciales y políticas que, a su juicio, han resultado en la excarcelación temprana de condenados por terrorismo. La presidenta ha puesto en tela de juicio la firmeza del Estado de derecho, cuestionando si se ha permitido una noción sesgada de justicia que beneficia a quienes cometieron actos violentos en el pasado.
La polémica se intensificó al referirse directamente a lo que considera «terceros grados fraudulentos» aprobados por el Gobierno vasco, lanzando esta acusación frente a la consejera de Justicia del País Vasco que se encontraba presente en el lugar. Según la dirigente de Covite, tales decisiones no sólo diluyen la gravedad de los crímenes cometidos, sino que también resultan una afrenta para las víctimas y sus familiares, instando a una revisión exhaustiva de la política penitenciaria en la comunidad autónoma. La intervención ha avivado el debate sobre el manejo de la memoria histórica y la justicia, temas candentes en la sociedad española contemporánea.
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