Donald Trump, en su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos, ha anunciado el inicio de la construcción de un gran salón de baile en el ala Este de la Casa Blanca, un proyecto que había propuesto por primera vez en 2010. Este nuevo espacio, inspirado en el estilo de su residencia privada en Mar-a-Lago, tendrá una capacidad para más de 650 personas y será financiado con 200 millones de dólares provenientes de su bolsillo y de donaciones privadas. Esta decisión culmina una serie de modificaciones que Trump ha implementado en la Casa Blanca para dejar su impronta personal, como la decoración dorada del Despacho Oval y la reestructuración de los jardines.
El proyecto, que ha causado controversia, ha generado críticas de la oposición demócrata debido a la financiación privada, que podría representar conflictos de interés. La construcción desplazará temporalmente al personal de la oficina de la primera dama, y está planificada para finalizar antes del término del mandato presidencial. Los bocetos del diseño revelan un estilo Luis XIV con mármol, columnas neoclásicas y candelabros de cristal. La jefa de Gabinete de Trump, Susie Wiles, destacó su compromiso con la construcción, asegurando que respetará el legado histórico de la Casa Blanca. Sin embargo, el anuncio ha sorprendido a algunos, especialmente tras las críticas del propio Trump a los costos excesivos de otras obras gubernamentales recientes.
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