Las altas temperaturas estivales no solo afectan nuestro bienestar, sino que también incrementan el riesgo de intoxicaciones alimentarias. Un estudio reciente revela que el cuidado inapropiado de los alimentos en casa puede ser tan perjudicial como consumir comida en mal estado durante las vacaciones. Las recomendaciones de expertos destacan la importancia de una adecuada organización en la nevera, que incluye evitar guardar productos como huevos y lácteos en la puerta, donde las fluctuaciones de temperatura son más frecuentes.
La dietista Judit Carreira, del Hospital de Sant Pau, subraya los riesgos asociados al descuido de carnes crudas y ofrece pautas para su correcta conservación. Entre sus consejos, se incluye separar los alimentos crudos de los cocinados para prevenir contaminaciones cruzadas y adquirir los perecederos al final de la compra para mantener la cadena de frío. Además, enfatiza la necesidad de usar táperes en condiciones óptimas y evitar exposiciones prolongadas al sol para garantizar la seguridad de los alimentos, sugiriendo que sólo ciertos platos son aptos para llevar a la playa o para un día de campo.
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