Inicialmente previsto para esta semana, entre el 23 y el 30 de julio, el inicio de la programación oficial generaba gran expectación en la comunidad. Esta semana era crucial, ya que marcaba el inicio de una serie de eventos y actividades planificadas para atraer tanto a locales como a turistas. Las autoridades y organizadores trabajaban a contrarreloj para asegurar que todos los detalles estuvieran en su lugar, reforzando las medidas de seguridad y logística para garantizar el éxito de la programación.
Sin embargo, diversas circunstancias imprevistas podrían influir en la ejecución puntual de los eventos. Los organizadores no escatimaban esfuerzos para superar cualquier obstáculo potencial, y mantenían una comunicación constante con los participantes y el público en general para informar de cualquier cambio o ajuste necesario. A medida que la fecha se acercaba, el interés y la expectativa crecían, reflejando la relevancia cultural y económica de la programación para la región.
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