En España, aproximadamente 52,000 mujeres reciben un diagnóstico de virus del papiloma humano (VPH), según la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia (AEPCC). Este virus, que puede ser asintomático, presenta ciertas cepas, como VPH16 y VPH18, consideradas de «alto riesgo», relacionadas con la mayoría de los cánceres de cuello de útero. Aunque la vacuna del VPH previene hasta un 90% de estos cánceres, es crucial el uso de métodos de barrera durante las relaciones sexuales para maximizar la protección.
El diagnóstico del VPH se lleva a cabo a través de una citología, que puede detectar cambios en las células del cuello del útero. Si se confirma la infección, se realizan pruebas adicionales como colposcopia y biopsia. En caso de detectar lesiones premalignas, se recomienda la conización cervical, un procedimiento que permite extirpar tejido afectado y evaluar la gravedad de la lesión. A pesar de la posible preocupación por el dolor, este procedimiento se realiza bajo anestesia local. La detección temprana y seguimiento médico son fundamentales para prevenir complicaciones graves, ya que en 2024, el cáncer de cérvix causó 775 muertes en el país.
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