Podemos ha manifestado su disconformidad con el actual decreto de embargo, describiéndolo como un «embargo fake» que, según ellos, solo sirve para proporcionar al presidente Pedro Sánchez un titular mediático. La formación política cuestiona la efectividad y la autenticidad de esta medida, sugiriendo que carece de sustancia real y es más bien una estrategia de comunicación política que una solución concreta a los problemas económicos. La postura de Podemos deja en vilo la convalidación del decreto, ya que consideran que no aborda de manera efectiva el objetivo original de controlar la inflación y proteger la economía.
Esta tensión dentro del gobierno pone de relieve las fracturas en la coalición, mientras Podemos evalúa la posibilidad de votar en contra del decreto en el Parlamento. La falta de consenso interno subraya las discrepancias sobre las políticas económicas, y plantea preguntas sobre la viabilidad del acuerdo gubernamental a largo plazo. En este contexto, el debate se centra en si las medidas adoptadas son verdaderamente beneficiosas para el país o si solo persiguen objetivos políticos, complicando así el panorama político actual.
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