La tarde de toros en la plaza resultó memorable, con el torero de Puebla destacándose por una faena exquisita que mantuvo al público cautivado. Su desempeño fue descrito como verdaderamente importante, logrando cortar dos orejas en reconocimiento a su arte y maestría en el ruedo. El peruano, no queriendo quedarse atrás, ejecutó una actuación audaz que le valió también dos orejas, demostrando su valentía y destreza al enfrentarse a los astados con gran arrojo.
Por su parte, Daniel Crespo mostró una impresionante dimensión en su toreo, sumando otros dos trofeos a su historial en una corrida marcada por el triunfo. La tarde fue un éxito rotundo, con cada uno de los toreros aportando su estilo único y dejando una fuerte impresión en el público asistente. La combinación de talento, técnica y pasión hizo de este evento una cita inolvidable para los amantes de la tauromaquia, reafirmando la relevancia de esta tradición en el calendario cultural.
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