En la reciente Semana de la Moda de París, un incidente entre las actrices Nicole Kidman y Salma Hayek se ha convertido en tema de conversación en redes sociales. Ambas fueron vistas en el desfile de Balenciaga, donde el ambiente se tornó tenso tras un inesperado roce entre las dos celebridades. Todo comenzó cuando, posando junto a la cantante Katy Perry, un gesto amistoso de Hayek al tocar el brazo de Kidman fue recibido de manera brusca; Kidman apartó la mano de Hayek diciendo: «No me toques». La situación se agravó cuando, en una conversación captada por micrófonos, tras una petición de consejo de Hayek, Kidman le respondió fríamente que no lo necesitaba.
La tensión fue evidente durante todo el evento, donde ambas actrices, aunque compartieron fila, se mantuvieron separadas por el asiento del esposo de Hayek, François-Henri Pinault. El distanciamiento y la falta de interacción pública durante el desfile alimentaron las especulaciones acerca de una posible mala relación. En redes, usuarios han comentado el comportamiento de Kidman, señalando que podría estar vinculado a su estado emocional tras el reciente fallecimiento de su madre. Este episodio ha puesto en evidencia una incómoda faceta de la interacción entre las figuras públicas, que no siempre es tan glamorosa como los eventos en los que se les ve.
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