En un reciente giro en la investigación que salpica al gobierno regional, el jefe de gabinete del presidente Torres optó por acogerse a su derecho de no declarar ante las preguntas relacionadas con las comunicaciones entre su oficina y Koldo, un alto funcionario implicado en los asuntos administrativos en cuestión. Este silencio se interpreta como una estrategia defensiva en un caso que ha generado atención mediática y que podría tener implicaciones significativas para la administración actual. A pesar de su decisión de no prestar declaración, el jefe de gabinete sigue siendo una figura clave en la investigación por los intercambios que se llevaron a cabo entre las diferentes administraciones.
En defensa de sus acciones, el jefe de gabinete argumentó que los mensajes intercambiados con Koldo se enmarcaron dentro de un trato institucional entre administraciones guiado por el «sentido común». Expresó que las comunicaciones formaban parte del ejercicio normal en la gestión gubernamental y no tenían ninguna intención de eludir procedimientos legales ni administrativos. Estas declaraciones buscan despejar sospechas sobre posibles irregularidades y refuerzan el argumento de que las discusiones se hicieron con miras a la eficacia y colaboración interinstitucional. Mientras tanto, la investigación continúa su curso y se mantiene la expectativa de que las autoridades entreguen más claridad respecto a la naturaleza y el contenido de los intercambios en cuestión.
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