El conflicto entre Israel e Irán ha escalado de manera alarmante, con ambos países intensificando sus ataques. Teherán lanzó una ofensiva masiva, golpeando uno de los hospitales más grandes de Israel, en represalia a la campaña militar israelí. Israel ha respondido con al menos 200 ataques aéreos en Irán desde el inicio de las hostilidades el 12 de junio, centrando su ofensiva en instalaciones nucleares como el reactor en construcción de Arak, según el Ejército israelí. Estas acciones han dejado un saldo trágico, con informes de 224 muertes en Irán, cifra que no ha sido actualizada en varios días.
Por su parte, Irán ha desatado una ola de ataques con aproximadamente 400 misiles balísticos y numerosos drones hacia Israel, provocando la muerte de al menos 24 personas. Aunque el poder ofensivo de Teherán parece haberse debilitado recientemente, la tensión sigue siendo palpable. Israel sostiene que su capacidad militar ha logrado reducir la intensidad de los ataques de Irán, con un evidente descenso en la cantidad de misiles balísticos lanzados. La escalada del conflicto ha generado preocupación internacional, poniendo en riesgo la estabilidad de una región ya volátil.
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