En los últimos días, ha surgido una fuerte tensión entre Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, y Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española (RAE). García Montero no ha cesado en sus críticas hacia Muñoz Machado, cuestionando su gestión y decisiones al frente de la institución lingüística. Estas diferencias se han manifestado en diversos foros y han generado un clima de tensión entre ambos líderes, quienes ocupan posiciones clave en la promoción y regulación del idioma español.
Este conflicto no solo pone en evidencia las diferentes visiones sobre la dirección de ambas entidades, sino que también destaca la necesidad de una colaboración más estrecha entre instituciones culturales fundamentales para el mundo hispanohablante. Mientras tanto, la comunidad académica y cultural observa de cerca estas fricciones, que podrían influir en futuras políticas relacionadas con la lengua y su difusión en el contexto global.
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