El reciente fallecimiento de Hulk Hogan, a los 73 años, ha dejado un complicado legado de millones de dólares y propiedades en manos de sus herederos. Su fortuna, estimada en 25 millones de dólares, incluye la mansión en Clearwater, valorada en 11,5 millones, así como una serie de negocios relacionados con su imagen. Con su tercera esposa, Sky Daily, casada solo por dos años, la ley de participación conyugal de Florida garantiza que ella tendrá derecho a un 30% de los activos, lo que podría dar lugar a disputas legales y tensiones familiares, especialmente con su hija Brooke, con quien mantuvo una relación distante.
Hogan, ícono de la lucha libre y figura central en la WWE durante las décadas de los 80 y 90, tuvo un impacto significativo en el entretenimiento deportivo. Su imagen emblemática rasgándose la camiseta ayudó a establecer eventos como WrestleMania como espectáculos de renombre mundial. Con la muerte de Hogan, su legado no solo abarca sus contribuciones al deporte, sino también las complicaciones legales y familiares que sus bienes generarán, incluso cuestiones con su exesposa, Linda Claridge, y su relación distante con sus hijos. La situación se vuelve aún más tensa al considerar que Hogan no conoció a sus nietos, dejando un trasfondo emocional en medio del conflicto financiero que se avecina.
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