En las últimas horas, la situación en Gaza ha escalado significativamente con una serie de eventos que agravan la ya tensa relación entre Israel y Hamás. Un relator de la ONU ha acusado a Israel de utilizar el agua como «arma de guerra», destacando que la población gazatí vive con apenas 4,7 litros al día. Además, el presidente palestino, Mahmud Abbas, visitará España esta semana tras el reconocimiento de Palestina como Estado, buscando fortalecer lazos diplomáticos con el gobierno de Pedro Sánchez. En paralelo, Irán ha negado haber suministrado misiles hipersónicos a los rebeldes hutíes de Yemen, tras un ataque con dicho armamento cerca del aeropuerto Ben Gurión en Tel Aviv.
Por otro lado, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, planea destituir al ministro de Defensa, Yoav Gallant, debido a su oposición a una ofensiva a gran escala en Líbano. Israel ha redesplegado una brigada en el corredor de Netzarim, dividiendo así la Franja de Gaza y controlando mejor el acceso de los desplazados. Gallant ha informado a EE.UU. que la posibilidad de un acuerdo de alto el fuego con Hezbolá se está desvaneciendo por sus vínculos con Hamás. Los bombardeos en Gaza han dejado más de una decena de palestinos muertos, marcando un nuevo punto álgido en el conflicto.
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